¿Preguntando llegaremos a la episteme (esencia) de la magia?
No es la primera vez que viajo, pero se siente diferente.
¿Será así la vida?
Cada día me sorprende más. Todo cambia y, a medida que crecemos, volvemos a vivir experiencias similares desde perspectivas distintas. ¡Qué hermoso!
Nunca dejamos de aprender… ahora lo entiendo.
Son las 10:22 a.m. en el aeropuerto de Carrasco, Montevideo, Uruguay.
Nunca antes había escrito nada, y aquí estoy, improvisando porque el Wi-Fi no funciona. En estos tiempos modernos, si no estás en internet… ¿realmente estás escribiendo?
Eso es lo que quiero probar.
Frente a mí, dos señoras comparten tres libros. Una le lee a la otra en voz alta.
¡Qué belleza!
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Son esas pequeñas cosas que llenan el alma: leer una frase y trascenderla con un simple gesto, una mirada, una sonrisa cómplice.
Conexiones
¿Cuán fuerte puede ser la conexión entre dos almas que, con solo decir “uy, me acordé de…” ya saben exactamente a qué se refieren, incluso antes de terminar la frase?
¿Qué es eso? ¿Cómo sucede?
¿Es algo que se construye o simplemente está ahí, esperando ser descubierto?
Me pregunto si con un desconocido podría existir esa misma conexión.
¿O será necesario conocerse, aunque sea un poco?
Y si esas dos almas se conocen desde hace cientos de años, ¿será que logran reconocerse aunque hoy se crean extraños?
¡Si será la vida sorprendente!
Mientras escribo, me empieza a sangrar la nariz. ¡Qué manera tan extraña tiene mi cuerpo de manifestar su grata sorpresa al verme escribir por primera vez!
Pensamientos de aeropuerto
Mis palabras no tienen un orden, pero tiene sentido: estoy en un aeropuerto.
¿Será cómodo viajar en tacos?
Me cuesta entenderlo. Seguramente no lo sea, entonces, ¿por qué vivir tanto en función de los demás?
Padecí tanto el "¿qué dirán?" que ahora lo veo como algo innecesario, un estorbo para ser feliz.
Y pensar que hace seis meses me definía de una manera totalmente distinta a la que lo hago hoy. ¿Desde los ojos de los demás, quizá?
Vuelvo a mi afirmación inicial: ¡todo cambia!
La vida nunca deja de sorprenderme.
El arte de preguntar
Estoy notando que, al escribir, me hago muchas preguntas. Me lo cuestioné.
Pero solo encontré una respuesta:
"Lo mágico en la vida es formular preguntas, no responderlas."
Seguiré sintiendo la magia, entonces.
¿Dónde más, además de en las preguntas, podemos encontrarla?
En lo material, seguro que no.
En hablarle mal a alguien, tampoco.
Cada día me asusta más la gente.
Siento por dentro un alma tranquila, armoniosa y llena de amor.
Entonces, ¿cómo pueden vivir tantos enojados, con caras de desesperación… o de tristeza?
¿Cuán lejos se puede estar de la vida misma?
Si la magia se encontrara en un teléfono o en internet, estaríamos todos felices, en primera fila del tren expreso a la autorrealización.
Pero ya sabemos la respuesta…
Qué tristeza.
Vivir en piloto automático
El mundo no se detiene.
El estrés, el materialismo, las redes sociales, las drogas, la inmediatez…
¿Cómo encontrar el amor en medio de tanto ruido?
Nos preocupamos por cosas triviales, pero ¿acaso nos inquieta que el océano esté lleno de basura?
Qué feo es ver a alguien enojado.
Qué feo es ver animales lastimados.
Qué feo es ver violencia, física o verbal.
¿Y qué hacemos con todo esto?
El mundo no frena ni un segundo. ¿Cómo parar algo que vuela tan rápido que ni llegamos a verlo?
Los niños nacen en este ritmo frenético y lo ven como algo normal.
¡Urgente! Enseñémosles otras cosas.
Construyamos escuelas donde los valores sean el respeto, el amor, la familia, la tolerancia.
Sin drogas, sin hipocresía, sin agresividad.
Y aclaro: enseñar no es solo leer un cuento y armar una cartulina.
Es vivenciar los aprendizajes.
Si queremos que un niño aprenda a compartir, mostremos lo feo que se siente estar con alguien egoísta.
Si queremos que comprenda que la agresión lastima, demostrémoselo con acciones, no solo con palabras.
Primero, los adultos debemos cambiar.
Somos el ejemplo de nuestros niños, y ellos aprenden imitándonos.
Pero, ¿por qué no aprendemos nosotros de ellos?
¡Qué grandes maestros son los niños!
Deberíamos imitarlos más seguido.
¿Ojos cerrados o comenzando a abrirse?
¿Vivir en el 2012 es vivir con los ojos cerrados?
¿O será que estamos empezando a abrirlos?
Quisiera aferrarme a la segunda opción, pero no sé qué responder.
Es difícil creer que estamos despertando si las noticias nos bombardean con accidentes, drogas, robos y atentados.
¿Tan malos fuimos en nuestras vidas pasadas?
Karma.
El arte de ser libre
Descubrí el otro día que me gusta bailar.
Y no lo hago nada mal.
Recibir halagos siendo principiante está bueno.
Me hizo sentir tan feliz…
Expresarme libremente, sin el “¿qué dirán?”, sin buscar la atención de nadie.
Simplemente conectarme con mi cuerpo.
Liberar pasión, armonía, energía, goce y sudor.
¡Qué belleza!
Pocas veces me sentí así.
Fue un placer tan intenso que quiero sentirlo a diario.
Conectarme con la Madre Tierra a través de los pies y el movimiento.
¡Lo encontré!
¿Se podrá decir "te quiero" al arte?
Yo digo que sí.
¡Te quiero!
- Futura Gran Escritora, Francesca.
Aeropuerto de Carrasco, Uruguay. 2012.
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